En la historia de la humanidad, el afán de belleza y los cánones estéticos han dejado su huella indeleble en el pensamiento, las artes y las ciencias de cada época. Para las madonas del renacimiento y para los artistas que las inmortalizaron, la abundancia del busto y la redondez de formas en las féminas, era indudablemente uno de los atractivos más fuertes.
Y precisamente, por el camino de que las elecciones individuales determinen en cada quien el tamaño y las formas del cuerpo humano que se desean, en la contemporaneidad, se ha abierto un espacio ilimitado para los programas de cirugía estética. En tal sentido, no solo con fines de belleza y autocomplacencia, a partir de patrones estéticos, sino como opciones de ayuda para resolver problemas físicos o trastornos psicológicos derivados del volumen e impronta de las formas corporales.
Cuba ofrece una alternativa muy atractiva a partir de la experiencia acumulada por sus staff médicos, la seriedad en estas prácticas, y la posibilidad de combinar estas operaciones, tendientes a lo ambulatorio, pero requeridas de un cuidadoso proceso postoperatorio, con un programa de vacaciones y descanso en esta isla siempre hospitalaria.